La aceleración del cambio y el incremento de la complejidad están definiendo un entorno empresarial en el que resulta difícil triunfar incluso para las organizaciones más expertas. Las empresas actuales luchan constantemente por mantenerse al día en áreas como la sostenibilidad, la preparación para el futuro, o la adaptación a los avances tecnológicos, entre otros desafíos.En la próxima década, el 50% de las empresas del índice S&P 500 serán sustituidas por otras nuevas [1]. Del mismo modo, con respecto a los retos que vienen, el 50 por ciento de los empleados afirma hoy que su organización no está preparada para el futuro [2]. Por si fuera poco, la tecnología digital está trastornando las industrias. Desde 2019, por ejemplo, el gigante tecnológico Apple ha vendido anualmente más relojes que todos los fabricantes de relojes suizos juntos.Si bien la transformación digital es uno de los síntomas más visibles de este entorno en rápida evolución, existe un desafío mayor al que se enfrentan las organizaciones de hoy en día: la aceleración del cambio.En los últimos años, las organizaciones han utilizado diversos términos para describir este fenómeno de cambio continuo y acelerado. Es probable que haya oído menciones a términos como VUCA (del inglés para Volátil, Incierto, Complejo, Ambiguo), BANI (Frágil, Ansioso, No lineal, Incomprensible) o el marco Cynefin (Complejo, Complicado, Caótico y Claro).